JUAN PABLO MONTOYA (CRONICA)

Publicado: May 11, 2012 en Uncategorized

A sus 29 años Juan Carlos Montoya es ya todo un veterano de la Fórmula 1. Nació en Bogotá (Colombia) el 20 de septiembre de 1975 y en la actualidad reside en Monte Carlo (Mónaco). Desde muy niño, y con el apoyo incondicional de su padre, Juan Pablo mostró su interés por los coches de carreras. Comenzó su andadura automovilística en el Karting en 1981, donde ganaría el Campeonato Nacional en la categoría infantil tres años después. En los siguientes años, continuó acumulando victorias a nivel local y nacional hasta proclamarse vencedor de los campeonatos del mundo junior, en 1990 y 1991. Un año después, el piloto seguía demostrando su talento corriendo en las series estadounidenses Barber y Copa Fórmula Renault, obteniendo cuatro victorias y logrando cinco poles.

A los 17 años, ganó el campeonato de Karting Sudam 125 y logró la tercera posición en el campeonato Barber Saab de Estados Unidos. Su siguiente triunfo le esperaría en Europa, concretamente en Inglaterra, donde corrió la Fórmula Renault y ya en la primera carrera dejó claro su dominio del volante, quedando con la pole position y saliendo victorioso en más de la mitad de las competiciones. Por aquellos años, lograba una cuarta plaza en el Zandvoort Marlboro Masters, un triunfo en las Seis Horas de Bogotá y competía para Mercedes en la carrera ITC en Silverstone. Pilotó para el equipo Marko en 1997 y fue segundo en el campeonato de Fórmula 3000, en un año en el que se subió por primera vez a un monoplaza de Fórmula 1, al aceptar el papel de probador en Williams. El equipo pronto aseguró su futuro para convertirlo en una estrella de la categoría.

 

En 1998 ganó el campeonato de F3000 con el equipo Supernova y estableció un récord de puntos totales en la temporada. Más tarde, Frank Williams organizó un cambio entre él y Alex Zanardi por el que Montoya se iba al campeonato CART, al equipo Chip Ganassi, y el italiano llegaba a la Fórmula 1 como compañero de Ralf Schumacher. En Estados Unidos, el colombiano deja su huella ganando el título en su primera temporada. Sumó siete victorias y siete poles y se convirtió en el campeón más joven en la historia de este deporte.

 

El triunfo más importante del año 2000 lo alcanzó con las 500 millas de Indianápolis, su primera participación en la mítica competición. Tras muchos años de esfuerzo y sacrificio, el 2001 fue el año de recompensa para el joven piloto. Por fin, hacía su estreno en la máxima categoría del automovilismo mundial de la Fórmula 1 con la escudería Williams-BMW, donde reemplazó al británico Jenson Button. Juan Pablo logró en Monza su primera victoria en la Fórmula 1. De igual manera, consiguió subir al podio en varias ocasiones y sumó dos poles. En la que fue su temporada de debut, Montoya impresionó gracias a un agresivo estilo de pilotaje, del que dejó muestras en Brasil cuando hizo una espectacular maniobra de adelantamiento sobre Michael Schumacher. Con mucho trabajo, Juan Pablo continuaba obteniendo buenos resultados. De esta forma llegó a ganar el Gran Premio de Italia, además de conseguir tres poles en su primera temporada en la gran carpa.

 

A pesar de las grandes expectativas creadas en torno al colombiano, en 2002 no sumó ninguna victoria. Tenía diversos problemas con su coche y errores en la conducción. Aún así, se convertía en el auténtico dominador de las sesiones de calificación, haciéndose con un total de siete poles a lo largo de la temporada. Con todo, finalizó tercero en el Mundial, por detrás de los dos Ferrari.

 

En la campaña 2003, el piloto peleó por el título hasta la penúltima carrera del Campeonato, el GP de Estados Unidos. Montoya añadió dos nuevos triunfos a su palmarés y afrontaba su última campaña como piloto de Williams tras haberse comprometido ya con McLaren-Mercedes para el 2005. Esta última temporada de Montoya con la escudería Grove no fue buena ni para el piloto ni para su equipo. El FW26 fue un coche complicado de pilotar a lo que se añadía la baja de Ralf Schumacher durante gran parte de la temporada como consecuencia de un grave accidente en Indianápolis.

 

Pero nada se interpuso en la meta del corredor, que mantuvo la concentración hasta el final y logró una impresionante victoria en la última carrera de la temporada en Intergalos. Finalizó el campeonato en quinta posición.

Actualmente, en el 2005, forma pareja en McLaren-Mercedes con el finlandés Kimi Raikkonen, con el que representa uno de los dúos más completos de la parrilla de la Fórmula 1.

 

La reciente victoria en el Gran Premio de Inglaterra, quinta en su palmarés, ha llegado en un momento perfecto para enderezar un año muy complicado en el que Montoya tendrá que seguir superándose si quiere llegar a ser campeón del mundo esta temporada.

En el terreno personal, Juan Pablo se casó con Connie Freydell en octubre del 2003 en la ciudad de Cartagena y recientemente han tenido un hijo. El piloto es un gran aficionado al golf, el windsurf y el snowboard, además demuestra gran interés por los ordenadores y por los artistas de su tierra, como Shakira, Juanes o Carlos Vives.

(Bogotá, 1975) Piloto colombiano. Formar parte del selecto grupo de pilotos de la Fórmula 1 es una empresa que está al alcance de muy pocos, pues el automovilismo es, sin duda, uno de los deportes que demandan un mayor nivel de exigencia, valor y sacrificio. Si a esta dificultad se añade el hecho de proceder de un país, Colombia, con grandes futbolistas y ciclistas legendarios, pero carente de tradición automovilística, se entiende el doble mérito de Juan Pablo Montoya, quien recogió el testigo de los grandes pilotos argentinos (Fangio, Reuteman) y brasileños (Fittipaldi, Senna) del pasado para encabezar, junto con el brasileño Rubens Barrichello, la representación sudamericana en la Fórmula 1 del nuevo milenio.


Juan Pablo Montoya

La afición al motor de Juan Pablo Montoya le vino por parte de su padre, Pablo Montoya, arquitecto y piloto de automovilismo que, después de vencer en una competición, no resistió la tentación de sentar a su pequeño bebé, con apenas tres meses de edad, para que lo acompañara en su vuelta triunfal. Este ritual se repetiría en el futuro y quién sabe si no contribuiría a que el niño fuera impregnándose del mundo de la competición sobre cuatro ruedas.

Pablo, el mayor de una familia de cuatro hermanos (los restantes son Liliana, Catalina y Federico), recibió un auto de juguete como regalo en su segundo aniversario; desde entonces sería su tesoro más preciado. Precoz competidor, con sólo cinco años ya se inició en un campeonato de karts, modalidad en la que se proclamó campeón nacional en la categoría infantil al año siguiente. Durante la década de 1980, y bajo la tutela de su progenitor, continuó conduciendo karts y acumulando campeonatos nacionales en las categorías Junior y Komet.

En 1990, un quinceañero Montoya cruzó por vez primera el Atlántico con su padre; se trasladó a Lonato (Italia) y participó en el campeonato mundial de karts en la categoría Junior. Empezaba de este modo la aventura internacional del joven y prometedor piloto colombiano. En 1992 se le presentó la primera oportunidad de participar en una competición de nivel superior, aunque para ello tuvo que volver temporalmente a su país: inscrito in extremis por su padre en la Fórmula Renault, su estreno fue fulgurante, pues marcó la pole position en la primera carrera, y al final de la temporada quedó subcampeón tras ganar cuatro de las ocho carreras. Al año siguiente, en la Copa Swift GTI, fue saludado con la bandera a cuadros de vencedor en siete de las diez carreras.

En 1995, de vuelta al Viejo Continente, logró, no sin grandes esfuerzos, participar en la temporada de la Vauxhall Lotus (Inglaterra), en la que obtuvo cuatro victorias. Gracias a ello recibió una invitación para la Copa Internacional de Fórmula 3 disputada en tierras británicas, en la que quedó segundo. Con 26 años entró a formar parte del equipo Fortec de la Fórmula 3 británica, con el que logró dos victorias. El siguiente peldaño en su carrera era la Fórmula-3000, pero el coste económico de la categoría estaba por encima de sus posibilidades. Todo parecía perdido cuando surgió un rayo de esperanza: la escudería austriaca RSM Marko confió en sus posibilidades. El joven piloto no defraudó, pues obtuvo victorias en Francia, Austria y España, y terminó la temporada como subcampeón de la categoría.

El año 1998 marcó un momento de inflexión en la carrera de Montoya: integrado en el equipo Super Nova, se impuso en el Campeonato Internacional de Fórmula-3000, al tiempo que se convertía en piloto de pruebas de una de las escuderías punteras de la Fórmula 1, Williams. En 1999 firmó un contrato de tres años con el equipo Target Chip Ganassi, con el cual participó en la categoría CART, competitiva modalidad disputada en Estados Unidos en la que fue campeón.

A partir de entonces, la fama de Montoya aumentó en la misma medida en que lo hizo el reconocimiento oficial de sus paisanos. El gobierno colombiano le concedió la Cruz de Boyacá, máxima condecoración del país, y la prensa especializada lo declaró mejor piloto del año. El deporte del automovilismo empezaba a reclutar un ejército de seguidores, al igual que en las décadas de 1980 y 1990 los tuvieron los «escarabajos» colombianos en la Vuelta España, el Giro de Italia o el Tour de Francia.

La consagración definitiva le vino en 2001, con su inclusión en el minoritario grupo de pilotos de la Fórmula 1, encuadrado en la escudería Williams. A los mandos de una de las mejores máquinas del circuito, obtuvo la victoria en el Gran Premio de Italia, en Monza, y al año siguiente alcanzó el tercer lugar del podio en la clasificación final de la temporada. Entretanto, el 27 de octubre de 2002, Montoya se casó con su compatriota Connie Freydell en Cartagena de Indias. También en la temporada de 2003 obtuvo la tercera plaza en la clasificación final, erigiéndose como una alternativa real a la tiranía del heptacampeón mundial Michael Schumacher. Figuras míticas del volante como Emerson Fittipaldi o el escocés Jackie Stewart le dirigieron grandes elogios y auguraron nuevos triunfos.

Al año siguiente, sin embargo, las deficiencias de su monoplaza perjudicaron su competitividad y su progresión se vio frenada; terminó la temporada de 2004 en un meritorio quinto lugar, y fichó por la escudería McLaren-Mercedes, con la que correría los dos años siguientes. En 2005, una lesión en el hombro le impidió participar en dos carreras, pero venció en tres grandes premios y terminó cuarto en la general. Pero las malas relaciones con el jefe del equipo McLaren, Ron Dennis, así como con la organización y los arbitrajes, conducirían a Montoya a abandonar la Fórmula 1 en la temporada 2006, que ni siquiera terminó. No por ello dejó Montoya de pilotar: el mismo 2006 pasó a la categoría Nascar, en la que seguiría compitiendo en años sucesivos. Su buen estado de forma quedó demostrado en una proeza al alcance de pocos: vencer en dos ediciones consecutivas (2007 y 2008) de las célebres 24 horas de Daytona

comentarios
  1. Reblogged this on sociologia2808 and commented:
    bueno esto es casi en todos los deportes pero no se puede rendir hay que seguir trabajando fuerte por el deporte en colombia ….Jesid aroca.

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